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La Incertidumbre Reina Y Educa

6:43, Posted by Luis Moisés Escobar Bastidas, No Comment

Gerardo González
Estudiante de la Escuela de Filosofía

Y si se tratase de otra fábula del insigne Allan Poe, me mantendría del todo ecuánime, podría repetirte al defender los brotes de este festival reaccionario. Pero ya ningún ratón hace caso a las maravillas del flautista, ese sonido ahora chilla, porque adorna la peste mística y desdeña a punta de una maliciosa apatía, la verdadera melodía.

Leía la Ley Orgánica De Educación, satanizada de ante mano por un obstinado sector, de cuyas culpas aprecio tu absolución y es que ¿acaso culparías a un sanfermines por su escozor al cabestro? Así, me hacía de artículos y apartados de esté refrito, ahora orgánico, analizando, sacando de mi testa los ecos de algunos ávidos en la materia, susurros de mi saber.

Grité ¡Globovisión y El Nacional déjenme esta vez pensar cual ermitaño, para que ninguno me presuma obnubilado!, quería sacarme una opinión enajenada. Y si bien de leyes un hombre del derecho más que yo debe saber, es claro que de reclamos y necesidades como ser humano y estudiante afincaría mi parecer.

Paso a paso, de mi recorrido por la LOE me iba preguntando, ¿Atiende acaso al deterioro de nuestro sistema educativo? ¿Hay tras estas líneas mucha diferencia con la interfecta hoy bajo tierra? De los artículos por falta de razón no hice mucha objeción, pero tras esa pírrica redacción, algo de entre la norma me llamó la atención, El ejecutivo tiene mayor incursión en la educación como órgano transformador. ¿Qué supone esa mutación?

Lo ambiguo castraría mi fe, birrionda palabrería que sólo alienta el desengaño.

El artículo 11 esgrime sobre la educación su deber ser, “valoración ética” y “transformación individual y social”, fundamentada en una “doctrina bolivariana”, que no está especificada. ¿Dónde averiguo su definición y fundamentos? ¿Puedes decirme lo que un ideario bolivariano es?, porque a obligación todos de eso tenemos que beber, “tanto en las instituciones oficiales como privadas” de esa enseñanza no pueden prescindir. Y si acaso no tienen claro su significado imagino que les costará caro ese pecado.

“De La Administración y Régimen Educativo”. El artículo 40 atiende a la “Supervisión Educativa”, se toman de la mano como enamorados, la naciente “democracia participativa” y el supuesto recto camino de todas las instituciones de educación. Y si hasta ahora sabemos que el país de la impunidad desaparece cuando los tiranos pregonan la sátira de una realidad que solo ellos viven. Y el derecho, que se viste de tantas y por lo general tan deshonestas interpretaciones. Y si una ley orgánica ahora no es merecedora de las decisiones de la mayoría sino del decreto del omnipresente. ¿He acaso de pedirte clemencia por temer perderme en una estampida de leyes, que sepultan el estado de derecho de mi país?

Una misiva de trasnochos e investigación, suman mi examen a este nuevo panzazo, tras la insipiente nostalgia que me calienta, por mirarme en aquella fotografía, en la que me veía despistado. Yo era, a duras penas, un ciudadano. Hoy veo con desdén, como atajo de mi conciencia social, el crepúsculo en una colmena incrédula, sin la miel de la esperanza, por ser incapaz de posarse en los pétalos de una postura objetiva.

Nos cortaron la cabeza, en su lugar hay una mecha, así, cuando una idea le encienda, no quedará más disidencia.

Me encuentro de pie, frente al embrollo reciente. Otra batalla entre las eufóricas alas de un pueblo y el gran picacho que les despluma, en un vuelo sin rumbo, de torcido revoloteo, que hace palidecer mi rostro, cuando las entrañas se contraen cada vez que presagio el alba de nuestra tierra, que va en picada, encaminada a una nueva cultura de acertijos, donde prevalece el idealismo y la ignorancia.

La venezolana con los ojos vendados, también sostiene una balanza, sólo que esta va inclinada, está erguida para proteger su parcialidad, con la espada de un proyecto taurino, que a cornadas educará según los paradigmas engalanados a una sola voz, que hoy piensa por el legislativo, el judicial, el electoral y el moral de la patria.

Al toro, que solo puede ver el rojo, ¿acaso le importan los bordados de oro de un inquieto capote?

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